Si ya tienes claro que tu deporte va a ser la escalada, debes invertir en unos pies de gato, un tipo de calzado especial para trepar por las paredes cual mono en la jungla tropical.
La verdad, es que no son los zapatos más cómodos del mundo, utilízalos sólo en el momento que vayas a escalar una vía y quítatelos mientras estés asegurando o camines por el suelo del sector de escalada o del rocódromo.
Evita que sean extremadamente pequeños
Existe la creencia que los pies de gato deben ser varias tallas más pequeños de lo que sueles utilizar normalmente, pero esto no es así. La talla de tus zapatos “normales” te debe servir como referencia para encontrar la medida que necesitas, pero lo que cuenta es que te los notes muy ajustados. Asegúrate de que los sientes como una segunda piel. Unos pies de gato demasiado grandes hacen que el pie baile en el interior y dejan de ofrecer la sensibilidad necesaria.
Salvo que estés en un nivel muy avanzado y escales grados muy altos, es mejor que uses pies de gato cómodos. De este modo, podrás escalar más relajado o relajada, sobre todo si haces vía larga. Los dedos deben quedarte un poco flexionados sin llegar a forzarlos demasiado y tu pie debe rellenar todos los huecos del zapato.
Los escaladores expertos sufren muchos dolores en los pies, ya que usan pies de gato súperapretados. Sin embargo, para escaladores neófitos o de nivel intermedio no es necesario llegar a ese extremo de sufrimiento. Si los pies de gato te molestan demasiado es que no has elegido los adecuados para ti.
¿Cómo saber la talla del pie de gato?
Coge un pie de gato y dóblale la parte del talón hacia adentro como si fuera una chancleta. Introduce tu pie y comprueba que la forma de la puntera se ajusta a la de tus dedos. Si es así, pon de nuevo el talón del pie de gato en su forma correcta y vuelve a introducir tu pie. Si no queda ningún hueco y sientes que la curvatura se ajusta bien al arco de tu planta ¡voilà! estos son tus gatos.
Tipos de Pies de gato según Forma
Pies de gato simétricos. Son los más parecidos a una zapatilla de deporte “normal”. Tienen la horma recta, es decir, que en la parte de los dedos, la punta cae justamente en el centro. Este tipo es el más cómodo y por eso son los gatos más adecuados para principiantes o bien para escalada de varios largos.
Un inconveniente es que no son los más aptos para grados altos, ya que no ofrecen mucha precisión para ser colocados en apoyos pequeños o en agujeros. Por lo tanto, deberás sustituirlos cuando hayas mejorado tu nivel.
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Pies de gato asimétricos. En este caso, en la parte donde van los dedos, la punta está desplazada hacia el lado del dedo gordo.
Esta forma de puntera permite al escalador tener más precisión a la hora de colocar el pie en lugares pequeños. Son mucho más técnicos pero también un poco incómodos, así que se recomienda que los compres cuando tu nivel sea más avanzado.
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Tipos de pies de gato según rigidez de la suela
Pies de gato duros. La suela de estos modelos está fabricada con un caucho muy duro y difícil de doblar, aparte su grosor supera normalmente los cuatro milímetros.
Estos pies de gato se usan para escalada vertical o de placa, donde se pueden encontrar apoyos muy pequeños (micro agujeros, micro regletas, puntas, etc.). Ayudan a aguantar bien la fuerza del pie, de manera que restan tensión a los dedos y a los gemelos.
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Pies de gato blandos. Están fabricados con un tipo de caucho muy elástico, se doblan con facilidad y aportan una gran sensibilidad al pie.
Se recomienda usarlos cuando el tipo de escalada es de desplomes o de techos, ya que no importa tanto el peso que vayamos a apoyar, como la sensación de tener el pie bien colocado en la roca.
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Tipos de pies de gato según curvatura de la suela
Pies de gato planos. La suela es completamente recta o con una curvatura muy ligera para que se adapte al arco del pie.
Con esta suela se gana versatilidad en el tipo de escalda y también comodidad, pero no será la mejor opción para trepar techos.
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Si eres principiante, será esta la suela que deberás elegir.
Pies de gato curvos. La suela tiene una curvatura muy pronunciada, casi en forma de gancho.
Estos gatos son incómodos porque obligan al pie a estar en una pose antinatural, pero son los más indicados para realizar una escalada que requiera mucha técnica.
Se utilizan en escalada de techos o de grandes desplomes porque su forma de gancho permite un mejor agarre.
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Tipos de pies de gato según material
Pies de gato de piel. Te pueden parecer muy bonitos, pero recuerda que llevas puesto el pellejo de un pobre animal y que él no tiene la culpa de que quieras escalar.
Aparte tampoco los recomendamos porque con el tiempo tienden a ceder y a ensancharse… son poco duraderos.
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Pies de gato sintéticos. Están fabricados con materiales plásticos para evitar que se deformen con el uso. Además, cada vez se utilizan materiales más avanzados para mejorar su comodidad y su ventilación.
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Tipos de pies de gato según cierre
Pies de gato con cordones. Se adaptan muy bien al pie porque proporcionan un ajuste muy ceñido, buen soporte y control. El único inconveniente es que se tarda más en abrochar.
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Pies de gato con velcro. Son prácticos de poner y quitar, proporcionando un soporte razonable al pie. En cuanto a sujeción, son un punto intermedio entre los gatos con cordones y los que se cierran mediante elásticos.
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Pies de gato bailarinas. Estos pies de gato proporcionan el máximo de sensibilidad y el mínimo soporte para el pie. Están especialmente recomendados para fisuras estrechas, boulder e itinerarios desplomados de rocódromo y escalada deportiva.
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Las asas de cinta del talón funcionan a modo de calzador, para conseguir ponerse cómodamente el calzado.
¿Calcetines? quítatelos
Los pies de gato se suelen utilizar sin calcetines para incrementar la sensibilidad, así que acaban mojados de sudor después de ser utilizados. Por lo tanto, es necesario airearlos después de cada uso.
¡Me huelen los pies!
Llega un momento en la vida de todo escalador en el que el hedor de sus pies de gato es comparable al de un queso cabrales. Pero no debes asustarte, si te estás preguntando cómo eliminar el mal olor de los pies de gato, esto tiene solución.
Como medida rápida los puedes espolvorear con polvo de talco para que absorba la humedad o introducirles bolas de papel de cocina justo cuando acabes el entrenamiento. Pero si esto no te funciona, puedes comprar unos saquitos con perfume que además eliminan el mal olor. Si te interesan los puedes adquirir aquí.
Si se te estropean, no los tires
La suela de tus pies de gato se irá desgastando a medida que los vayas usando. Las paredes y los agarres de los rocódromos están fabricados con un material muy rasposo para facilitar la adherencia, esto abrasa la suela de los pies de gato a agujerearlos.
¡No está todo perdido! En caso de agujeros o de desgaste agudo, existen unas empresas especializadas en resolar y reparar las suelas aplicándole una cobertura de caucho nueva. Así podrás recuperar tus pies de gato y ahorrarte unos eurillos.