Oh, qué miedo!

LA VIDA CON MAYÚSCULAS ESTÁ AL OTRO LADO DEL MIEDO.

Muchos gurús del crecimiento personal ya se han encargado de abrirnos los ojos y hacérnoslo ver. Pero de qué miedo estamos hablando? Del que nos impide ir con nuestros amigos a hacer una vía ferrata o del que nos paraliza cuando ya estamos en mitad de la actividad?


Vamos a hablar del miedo “pre” y del miedo “durante“. Del después ya se habla con nuestros compañeros, y mucho mejor si es calentitos en un bar.


Para superar el miedo “pre” debemos tener en cuenta que la única obligación que tenemos con nosotros mismos es perseguir nuestros sueños. Tenemos miedo a sentir miedo, a no tener determinación, a no ser capaces. A no creer lo suficiente en nosotros mismos


Lo divertido es que tenemos tendencia a confiar en aquellas cosas sobre las que no podemos tomar decisiones. Confiamos porque no nos queda remedio. Por ejemplo, cuando entramos en un quirófano, pensamos que lo probable es que la operación salga bien y nos dejamos llevar porque es posible que no hacer nada sea la opción más peligrosa. Entonces, si confiamos en muchas cosas ajenas a nosotros mismos, por qué no confiar en nosotros, en la magia de la vida, en el universo? Debemos confiar en todo ello para iniciarnos en la escalada y en las vías ferratas, como en muchas otras cosas en la vida. Siempre teniendo en cuenta cuál es nuestro nivel y a qué tipo de vías podemos hacer frente.


Sobre el miedo “durante” debemos decir que cuando nos encontramos escalando una montaña, es normal sentir miedo en algún momento. Y no pasa absolutamente nada. En esta sociedad, el miedo está estigmatizado y en realidad es tu amigo y tu aliado porque te ayuda a calibrar escenarios de peligro, a tener toda tu atención centrada en la tarea que estás llevando a cabo.
Es importante aceptar que estamos atemorizados sin que nos dé ninguna vergüenza y debemos entrenarnos en el miedo realizando pruebas difíciles y superándolas. Con el objetivo de enfatizar la creatividad, buscando una respuesta a situaciones que nos asustan para evitar entrar en pánico. Está bien dejar que nos vean vulnerables nuestros compañeros, confesando después de la actividad que nos hemos muerto de miedo en un momento concreto. Sin embargo, es mejor decírselo cuando acabemos la actividad, porque es algo que se pega!
Y cómo reaccionamos cuando tenemos miedo? Hay cuatro patrones básicos de respuesta ante situaciones difíciles: huida, lucha, sumisión y bloqueo. No hay huida posible en una pared de escalada. La sumisión y el bloqueo tampoco son opciones, no nos podemos quedar en una pared hasta el fin de los días. Debemos luchar para ascender la roca, siempre con la cabeza lo más fría posible. Ahorrando en movimientos en falso para no fatigarnos y poder seguir con nuestro objetivo.
Y para poder luchar efectivamente necesitamos entrenar la creatividad, para poder pensar una estrategia para avanzar en lo que se está haciendo.
Porque cuando tenemos miedo estamos visualizando las consecuencias negativas de aquello que tenemos delante, y para poder gestionarlo debemos controlar las emociones. Debemos dimensionarlas a las consecuencias que realmente tiene aquello que estamos haciendo. Por ejemplo, en escalada sabemos que si caemos, alguien nos está asegurando desde abajo y no moriremos. Sin embargo, estando allí arriba el suelo se ve muy lejos y sobretodo si no tenemos experiencia tendemos a pensar que caeremos haciéndonos trizas. Y si caemos seguramente nos haremos un rasguño, pero no nos abriremos la cabeza. Debemos controlar nuestras emociones calibrando las consecuencias para evitar entrar en pánico y así poder reaccionar creatívamente buscando soluciones para salir del paso.

Y qué nos ayuda a controlar estas emociones y buscar creatívamente soluciones? La experiencia y el respeto a la montaña. Jamás debemos entrar en pánico en el monte. Porque la escalada es improvisación y por esta razón no se puede entrar en pánico. Debemos tener (e igual de importante, pensar que tenemos) la experiencia necesaria para salir de allí. Nunca aventurarnos a retos muy por encima de nuestras posibilidades.


Y para acabar, nos gustaría hacer hincapié en un hecho relacionado con la sociedad del postureo y de la vergüenza a mostrarnos vulnerables. Y es que se está banalizando la escalada, las vías ferratas y el aspinismo. Mucha gente se lanza a hacer estos deportes a la ligera, sin la experiencia necesaria. Se trata de un hecho más relacionado con el ego o currículum que con el deporte en sí mismo y no es algo que se pueda permitir ya que en alta montaña se juegan muchas cosas.


Los deportes de montaña se están convirtiendo en una variable del turismo, más que un deporte. Y esto es debido a que cada vez es más común realizar muchas actividades sin especializarnos en nada, los tiempos cambian y tenemos a nuestro alcance gran cantidad de información gracias a internet. Y esto puede ser muy bueno, pero también hace que no nos especialicemos, siendo aprendices de todo y maestros de nada. Si es tu caso, por favor ten siempre muy en cuenta cuál es tu nivel e infórmate muy bien sobre la dificultad de las vías de escalada y vías ferratas que quieres abordar antes de hacerlo.


Nosotras mismas hace ya años que realizamos estos deportes pero somos conscientes de que aún nos quedan muchas cosas por aprender. Y por esta razón, todos los contenidos que os transmitimos en esta página web son recopilaciones de textos, audios y vídeos de personas que han logrado verdaderos hitos.

Por ejemplo, este artículo se basa en el podcast “Episodio 172: Supervivencia extrema, controlar el miedo y aprender de la naturaleza, con Carlos Vico” de Radio Fitness Revolucionario, disponible de forma gratuita en Ivoox.


https://www.ivoox.com/episodio-172-supervivencia-extrema-controlar-miedo-y-audios-mp3_rf_33566516_1.html