¿Estás planteándote empezar a escalar? ¿Te gustaría apuntarte a un rocódromo y no sabes qué debes de tener en cuenta? ¿Acabas de hacerte socio de una sala de escalada y todo lo que te dicen te suena a chino? Entonces detente aquí y lee este artículo con el que saldrás de dudas y podrás entender todas las claves sobre qué es un rocódromo, cuál es el que mejor se adapta a ti y qué material deberías llevar.
Busca el rocódromo que quede más cercano a tu casa y empieza a escalar con seguridad y buen pie para poder llegar lejos en este apasionante deporte.
¡peligro de adicción!
¿Qué es un rocódromo?
Si estás pensando en entrenar bastante a menudo, quizás debas considerar la idea de apuntarte a un rocódromo. Se trata de una sala deportiva preparada para que puedas escalar sin necesidad de ir hasta la roca. Dentro hay instaladas paredes de madera con diferentes inclinaciones, equipadas con presas de resina (elementos que se atornillan a la pared y que simulan agarres de roca), parabolts y cintas express (en el caso de las zonas más altas para que puedas asegurarte con una cuerda) y colchonetas en el suelo (para las partes con menos de cinco metros de altura).
El funcionamiento es el mismo que en un gimnasio para hacerte socio, se te pide que pagues una cuota mensual con la que tienes acceso a las instalaciones. Aparte, también suelen ofrecer algunos servicios extra como cursillos de escalada, clases de yoga, asesoramiento con un entrenador personal, restaurante o bar y salas de fitness, zonas para celebrar cumpleaños, etc.
¿Cuánto cuesta apuntarse rocódromo?
Hacerte socio de un rocódromo suele costar entre 40 o 60 euros al mes, pero siempre va a depender de las instalaciones y los servicios que te ofrezcan.
A veces, hay salas de escalada privadas, que empezaron siendo el garaje donde un escalador entrenaba a nivel particular, que se han abierto al público y suelen ser más económicas. La diferencia con los rocódromos convencionales es que normalmente no acostumbran a tener recorridos preestablecidos y raramente renuevan las presas para crear vías nuevas. Lo bueno de estas salas es que puedes entrenar con tranquilidad, sin aglomeraciones de gente y a veces requieren un mayor esfuerzo de técnica que repercute más tarde en un progreso en el nivel.
¿De dónde surgieron las salas de escalada?
Los rocódromos empezaron siendo unas instalaciones, a menudo privadas, utilizadas para el entrenamiento de la escalada de vía larga o deportiva. No fueron pensadas como gimnasios, ni mucho menos como un sitio donde practicar una nueva modalidad de escalar, sino como un complemento para la práctica y la mejora de la técnica.
El inventor del rocódromo fue el inglés Don Robinson, quien hizo la primera pared artificial de escalada en la universidad de Leeds en 1964. Su objetivo era acercar los deportes de montaña a los estudiantes y motivarlos a entrenar. Para ello ideó una serie de pequeñas piezas que simulaban los diferentes agarres que se encuentran en la roca y los moldeó utilizando ladrillos y cemento. Primero empezó colocando estas piezas en un muro del pasillo de la universidad de manera aleatoria y, poco a poco, fue desarrollando su idea, generando recorridos de diferentes dificultades para incentivar el progresos de los jóvenes escaladores de la universidad.
Al ver que su creación ayudaba a mejorar la técnica y el estilo de escalada, Don Robinson dio un paso más allá y creó la primera empresa de escalada dedicada a la fabricación de piezas y estructuras para la instalación de rocódromos, la DR International Climbing Walls.
A mediados de los años 70 y también en el Reino Unido surgió la primera escuela de escalada de la historia, que consistía en un gran muro con presas y diferentes recorridos. Fue en la ciudad de Sheffield, una de las más famosas del mundo dentro del mundillo por su gran concentración de roca y de rocódromos prestigiosos, como el The Foundry (fundado por Ben Moon).
Aún así, el primer rocódromo tal y como lo conocemos hoy en día se inauguró en 1987 en la ciudad estadounidense de Seattle. Se trata del The Vertical World Gym.
Posteriormente al invento de Don Robinson, en los años 80, apareció en escena una nueva empresa revolucionaria en la industria de la escalada indoor, la francesa Enter Prises. Su innovación consistió en dejar de lado los agarres de ladrillo y hormigón para crear presas de resina fabricadas y replicadas con moldes. Actualmente, debido a la toxicidad de las resinas y a que una vez instaladas no se pueden retirar, los agarres de escalada están fabricados con poliuretano y con un sistema que permite montar y desmontar utilizando tornillos.
Los rocódromos han dejado de ser meramente un lugar de entrenamiento para escalada en roca para transformarse, además, en una modalidad en sí misma, lo que conocemos como escalada indoor. Aparte, también se consideran lugares de ocio en los que celebrar fiestas y cumpleaños con amigos.
¿Por qué están de moda los rocódromos?
Los rocódromos se están popularizando como centros deportivos y se han convertido en una alternativa a los gimnasios tradicionales. Algunos deportistas los abandonan y se hacen socios de una sala de escalada porque encuentran en ella un espacio en el que pueden entrenar sin apenas material y de una forma más dinámica y divertida. Es muy diferente sentarse en una máquina o levantar pesos, que ponerse a trepar y a saltar intentado resolver la mejor manera de subirse por un muro inclinado. Aparte, muchos rocódromos también disponen de espacio de fitness para poder combinar ambos entrenamientos y obtener los beneficios de las dos disciplinas deportivas.
Además, otro de los motivos es la creciente toma de conciencia por el bienestar físico y la salud. Cada vez más, la gente conoce la importancia de dejar de lado su vida sedentaria y apostar por una vida más activa. Los que se apuntan a hacer escalada encuentran un deporte muy completo, que trabaja todo el cuerpo y también ayuda a tener una mente más tranquila y concentrada.
Otro punto positivo es que los rocódromos son unos lugares excelentes para conocer a personas con los mismos intereses que tú y con las que puedes divertirte, aprender y proponer salidas de escalada al aire libre.
En definitiva, los rocódromos te ayudan a abandonar el sedentarismo, mejoran tu concentración y reducen tu estrés, te acercan a gente interesante y te impulsan a salir a conocer nuevos lugares. ¡Y además son súper divertidos!
¿Qué tipos de rocódromo hay?
Rocódromos de boulder. Son salas en las que se puede practicar la escalada en bloque. Sus paredes tienen una altura inferior a cinco metros y están equipadas con presas que generan recorridos en las pareces y colchonetas de alta densidad en el suelo.
En estos rocódromos se puede entrenar únicamente con pies de gato y magnesera.
Rocódromos de cuerda. Estos rocódromos suelen ser los más comunes. Disponen de una parte donde las paredes superan los cinco metros de altura y están equipadas con anclajes en los que se debe ascender utilizando cuerdas y cintas express. También combinan con otra zona donde las paredes son más bajitas y se puede entrenar la escalada de bloque. Para escalar en estas salas no sólo necesitas pies de gato, también necesitas una cuerda y un dispositivo asegurador.
Si no tienes material, es posible que te lo puedan alquilar.
Rocódromos al aire libre. Pueden ser tanto de boulder como de cuerda, la característica principal es que se trata de espacios de escalada artificial ubicados en el exterior. En la mayoría se puede acceder de forma gratuíta, lo que los convierte en un buen lugar para ir a probar si te gusta este deporte. Aún así, hay de muchos tipos y niveles, aunque sean de acceso libre no significa que no puedas entrenar duro y progresar en ellos.
Tipos de agarre en el rocódromo
En una sala de escalada podrás entrenar la fuerza y la técnica de agarre. Los equipadores, también conocidos como route setters, se encargan de diseñar vías utilizando diferentes tipos de presas para que juegues con las maneras de aferrarte a la pared.
Resulta interesante que, a medida que tu nivel mejore, vayas combinando tipos de presas para saber adaptar la fuerza y las manos a cada situación.
Los agarres están basados en las diferentes formas que la roca presenta en la naturaleza, de manera que puedas reproducir tus progresos en tus salidas de escalada.
Estos son los diferentes tipos de presas que encontramos en un rocódromo:
Cazo. Permite aferrarse con la mano entera.
Invertido. Debes agarrarte con las palmas hacia arriba.
Regleta. El agarre es estrecho y se utiliza la parte de la yema de los dedos.
Bidedo. Hueco en el que sólo caben dos dedos.
Pinza. Presa muy pequeña en que debes aferrarte utilizando el pulgar.
Romo. Es una pieza grande y lisa donde debes agarrarte con las palmas.
¿Qué material necesito para ir a un rocódromo?
En los buenos rocódromos tienes la posibilidad de alquilar todo el material, con lo que sólo debes llevar ropa cómoda y transpirable que te permita realizar bien los movimientos. Aún así, si finalmente te das cuenta de que vas a seguir entrenando, siempre será mejor que no compartas el sudor de los pies de gato con otros usuarios del rocódromo y optes por comprarte tu propio material: pies de gato, magnesera, arnés, cuerda, grigri y cintas express.
¡El peligro también está en el rocódromo!
Aunque el rocódromo ofrezca un entorno agradable, con gente pasándolo bien, música, colchonetas en el suelo, etc. No hay que olvidar que las leyes de la física también funcionan en su interior y también hay que ser consciente de las posibles caídas y de los golpes.
Además, a diferencia de la roca, en los rocódromos suelen haber más distracciones porque el entorno es de colores, suena música de fondo (normalmente electrónica) y hay gente gritando. Esto provoca que cuando entrenamos ahí, podemos olvidarnos de las bases de la seguridad en escalada, como atarse bien la cuerda, revisar el Grigri, dar pasos en falso, etc.
Recuerda que aunque el ambiente sea diferente, el peligro de hacerte daño por un descuido sigue existiendo.